HÁGASE
TU VOLUNTAD, ASÍ EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO
Por:
Maurice Nicoll
Se nos
indica que al rezar el 'Padre Nuestro' digamos: "Hágase tu voluntad, así
en la tierra como en el cielo".
γενηθητω
το θελημα σου, ώς έν ούρανω, και έπι γης.
En un
sentido psicológico, 'tierra' significa aquella parte del hombre creada por los
sentidos.
Psicológicamente,
esa es la 'tierra' que llevamos dentro.
El
hombre vive bajo el gobierno de lo que con los ojos ve.
La
'voluntad del cielo' no se hace en esta 'tierra', que es el hombre mismo.
Ha de
aprender a entender separado de los sentidos.
En todo
cuanto sigue ha de tenerse presente una cosa: la relación del Hombre con la
enseñanza esotérica que se ha sembrado en la humanidad desde un nivel superior.
Las
categorías de hombres que se describen en las páginas siguientes son categorías
de hombres en su relación con ideas
esotéricas:
Los que
las pueden entender, los que las entienden erradamente y aquellos otros que
efectivamente las entienden del todo y las siguen.
El
hombre fue creado como un organismo capaz de evolución propia, como una semilla
que puede crecer hacia arriba en la escala vertical del ser.
Y toda
enseñanza esotérica proviene de aquel nivel superior que crea al hombre; esto
es, una enseñanza eterna acerca del hombre y su posible evolución interna, y
también los medios con que puede alcanzar este objetivo.
Cuando
una persona lo toma todo literal o materialmente, significa que está usando un
nivel inferior de pensamiento, el más bajo o externo.
En este
nivel el mundo exterior va a su encuentro por medio de los sentidos, y su
pensamiento está situado ahí.
Sus
ojos contemplan la luz física del sol y su mente se forma ideas a base de los
objetos, a base de lo que ve, oye y palpa a su alrededor.
Estas
ideas derivan de los objetos visibles y tangibles.
Piensa
partiendo de este orden de ideas; pues nadie piensa ni puede pensar si no es
partiendo de las ideas que tenga.
De modo
que Ia corriente es que todas las ideas de una persona se apoyen en las cosas
del mundo, o sea en los objetos que le revelan los sentidos.
Y esto
es lo que moldea su mente.
Esa es
la mente literal.
Dicho
nivel de la mente no puede alejarse de las cosas.
Sólo las cosas y las ideas derivadas de ellas le
son reales.
Si se
le priva de las ideas que derivan del mundo de las cosas, su pensamiento quedará destruido.
Y si a
este nivel se le presenta la idea — digamos—
de que el tiempo es una dimensión en la que se extienden el pasado y el futuro,
no podrá tener nada con ella,
porque no puede pensar sino sobre la base de lo que ve.
Este
nivel inferior de la mente, que piensa de una manera natural, a base de lo
aparente, es el que primero se forma en nosotros.
Y es de
la mayor importancia, pues nos relaciona con la vida exterior.
Pero ha
menester que éste nivel se utilice tan sólo para lo que fue creado.
No se
puede utilizarle para tratar ideas que no derivan de lo aparente.
La
mente tiene otros niveles que no se abren por los sentidos externos, y a estos
niveles pertenecen otras ideas y modos de pensamiento.
Tomemos
el ejemplo más sencillo posible de lo que significa pensar sobre la base de los
sentidos, de una manera natural, literal, y sólo desde lo aparente.
Y
también tomemos un ejemplo sencillo de lo que significa pensar desde un nivel
ligeramente superior.
En
apariencia, o sea según nos lo informan los sentidos, el sol nace en oriente y
desaparece en poniente.
Un
hombre de pensamiento natural jurará que esto es así.
Pero si
piensa desde un nivel ligeramente superior, y contra lo aparente, verá que esto no es verdad.
Es la
tierra la que gira y le hace parecer que
el sol sale y se pone.
Pero
nadie puede ver la rotación de la tierra.
Vemos,
más bien, que parece que el cielo rotase, y es solamente natural que pensemos
que da una vuelta en torno a la tierra cada 24 horas.
Esta es
una manera natural o mecánica de pensar.
Se
apoya en el hecho que los sentidos le muestran, se apoya en una apariencia.
Corresponde
a la mente literal que piensa únicamente en términos de cosas y las ideas que
derivan de ellas.
Es muy
importante que el hombre aprenda a distinguir entre diferentes categorías de ideas.
Tarde o
temprano tiene que saber lo que significa "pensar en categorías diferentes" (del libro “Un nuevo
modelo del universo” por: Ouspensky).
De otro
modo no podrá desarrollarse internamente.
Si no
entiende que las ideas corresponden a diferentes categorías, comenzará a
mezclar valores de diversos grados; chocarán entre sí, y le parecerán
contradictorios.
Hay
distintas clases de ideas.
Las ideas son de distintos niveles.
La
misma idea de niveles indica que cada cosa es diferente, que no se puede
mezclarlas y hay que mantenerlas distintas las unas de las otras.
Todas
las ideas esotéricas yacen a un nivel que está por encima de la mente de
pensamiento natural, del pensamiento que se apoya sólo en las apariencias.
Es
imposible entender estas ideas al nivel más mecánico y literal de la mente.
Sin
embargo, y hasta cierto punto, deben primero caer sobre este nivel, pues nadie
puede pensar de una manera diferente, a menos que empiece por lo que ya sabe y
comprende.
Con
relación a la enseñanza esotérica existen muchos problemas.
Las
ideas esotéricas yacen mucho más allá de las naturales.
Sin
embargo, es preciso tender un puente que las conecte.
Este es
uno de los problemas que encara el esoterismo:
Hallar
los medios para transmitir ideas de una categoría superior, ideas que
pertenecen a un nivel superior de la mente, a aquellas personas de pensamiento
natural, literal, que se apoyan en los sentidos y en la apariencia de las
cosas.
En los
Evangelios se tendió este puente por medio de las parábolas.
Maurice Nicoll
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