ERA
ENTONCES LA TIERRA DE UNA LENGUA Y DE UNAS MISMAS PALABRAS
LA
TORRE DE BABEL
Por:
Maurice Nicoll
¿Ha
obrado alguna vez la humanidad basándose en el Bien?
La
antigua alegoría del Génesis donde se dice que "era entonces la Tierra de
una lengua y de unas mismas palabras" es cosa que ya hemos estudiado.
Se
refiere a una época en la que el hombre obraba por el Bien, porque únicamente
el Bien puede proporcionar una lengua o un acuerdo común.
Hubo
un tiempo en la Tierra en el que los hombres no obraban en base a teorías
acerca del bien y del mal, en base a diferentes ideas acerca de la Verdad, a
distintas doctrinas, a diferentes aspectos del conocimiento.
Obraban,
ante todo, por el reconocimiento interior de lo que es bueno.
Esto
enlazaba a todos; pues el Bien es el único poder capaz de unir.
Toda
armonía proviene del Bien.
En
tanto el Bien era lo primero, todo lo demás carecía de importancia.
El
hombre podía tener esta o aquella opinión, la que mejor le acomodase, pero
colocaba a Dios primero y por sobre todas las cosas.
Así
estaba siempre de acuerdo con todos aquellos que también colocaban primero al
Bien en sus asuntos.
La
descripción de la humanidad que en un tiempo era de una sola lengua significa que hubo una etapa en el hombre durante
la cual el Bien ocupaba el primer lugar, y así todos hablaban la misma lengua.
Siguió
a este tiempo uno de degeneración representado por la construcción de la Torre
de Babel, destinada a llegar al cielo.
"Era entonces toda la Tierra de una lengua y
de unas mismas palabras.
Y aconteció que como se partieron de Oriente hallaron
una vega en la tierra de Shinar y asentaron allí.
Y dijeron los unos a los otros:
«Vaya, hagamos ladrillos, cozámoslos con fuego».
Y sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el betún
en lugar de mezcla.
Y dijeron: «Vamos, edifiquemos una ciudad y una
torre cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre por si fuéremos
esparcidos sobre la faz de la Tierra»."
(Génesis XI, 1-4.)
Luego
sigue una alegoría descriptiva de cómo empezaron a confundirse y esto se
representa por medio de la diversidad de lenguas y la forma como fueron
esparcidos.
El
primer versículo:
"Era
entonces toda la Tierra de una lengua y de unas mismas palabras",
significa que hubo un tiempo en que la humanidad mantenía cierto grado de
unidad en la Tierra.
El
segundo versículo: "Y aconteció que como se partieron de Oriente, hallaron
una vega en la tierra de Shinar y asentaron allí", significa que empezaron
a alejarse de esta condición de unidad.
"Se
partieron de Oriente", o sea que se alejaron de la fuente de aquella
condición de unidad y a la vez descendieron en el nivel de su ser.
"Hallaron
una vega... y asentaron allí."
Comenzaron
a inventar ciertas nociones ya que habían perdido todo contacto con la fuente
original.
"Vamos,
hagamos ladrillo... y sirvió el ladrillo en lugar de piedra y el betún en lugar
de mezcla."
Como
ya lo hemos estudiado, la piedra representa la Verdad.
Ya
no tenían la Verdad, "sirvió el ladrillo en lugar de piedra", o sea
algo hecho por el hombre y no por el Verbo de Dios.
Tenían
ladrillos en lugar de piedra.
Habiendo
perdido la piedra, o sea las verdades originalmente enseñadas, se propusieron
cocer los ladrillos ellos mismos y construir por sus propias manos.
Tenían
betún en lugar de mezcla, o sea algo malo en lugar de algo bueno.
Se
proponían erigir una torre que llegase hasta el cielo, o sea elevarse por sí
mismos hasta el nivel de Dios.
Todo
cuanto se hace se basa en el amor propio que siempre quiere elevarse, pues el
amor propio solamente busca el modo de poseer poder y ejercitarlo sobre todas
las cosas.
Quiere
exaltarse a sí mismo, y de esto proviene la imagen de una torre en la parábola.
Todo
esto y cuanto sigue significa que el hombre comenzó a pensar que él mismo era la fuente del Bien, y no
Dios.
Cometió
el delito espiritual conocido con el nombre de robo, que es a lo que se refiere el octavo mandamiento, el de
"no robar".
El
hombre se atribuyó a sí mismo aquello de lo cual él no era la causa.
Y
este robo psicológico ha
continuado hasta hoy día en que ha alcanzado un notable crecimiento, tanto que
las personas tácitamente se atribuyen a sí mismas todo, aún la vida.
Y
como resultado de este robo original, la humanidad ya no tiene un habla común.
Ocurrió
la "confusión de lenguas".
Ya
no había una lengua común, es decir que el hombre dejó de entender y de
comprender a su prójimo, pues ya no tenía ningún punto de común comprensión
con él, un punto como puede proporcionarlo únicamente la percepción del Bien.
Babel
reemplazó la unidad.
Tal
es el actual estado de cosas en el mundo.
El
hombre se lo atribuye todo a sí mismo y ya ha perdido el sentido de cualquier
otra idea del universo, o del significado de la humanidad en la Tierra.
Se
atribuye mente, pensamiento, ser consciente, sentimiento, volición, vida, y, de
hecho, virtualmente todo; se lo atribuye todo a si mismo, aún cuando es y siempre será incapaz de explicar cualquiera
de estas cosas.
Y
la única explicación que hoy tiene del universo es que ocurrió por casualidad y
que no tiene ningún sentido.
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