EL BIEN
Y LA VERDAD
Por:
maurice nicoll
Toda la
enseñanza esotérica considera al Hombre como si estuviese en dos niveles, a
veces llamados "tierra y cielo".
Toda la
enseñanza esotérica dice también que si el hombre en la tierra es aislado de
todas las influencias provenientes de un nivel superior, la humanidad
perecerá.
Del
mismo modo que la naturaleza física, tal como la contemplamos en el mundo
visible externo, depende para su vida de la influencia del sol, así el hombre,
en su mundo interior, depende de la influencia de un nivel superior.
Si
nadie en la tierra recibiera esas influencias, el hombre quedaría aislado y
perecería.
Por lo
tanto, uno de los problemas del esoterismo radica en cómo mantener vivo este
contacto o conexión.
En
diferentes momentos de la historia se experimentaron diferentes medios, pero
todos tenían el mismo fin en vista.
Por
ejemplo, han existido diferentes clases de escuelas o "iglesias", que
por un tiempo mantuvieron esta clase de conexión.
Más
tarde o más temprano esas escuelas o "iglesias" o focos peculiares
creados para la recepción y transmisión de influencias superiores, han
desaparecido, pero siempre aparecieron nuevos focos.
La
muerte de una "iglesia", si empleamos este término, a veces se llama
diluvio en el lenguaje de las parábolas.
La
nueva iglesia es el arca que sobrevive y contiene representaciones de todas las
formas de conocimiento y bien necesarios para un nuevo comienzo.
Fueron
muchas las etapas del hombre, en cuanto a su contacto con influencias de un
nivel superior, y, desde el punto de vista esotérico, el hombre ha degenerado
psicológicamente a este respecto.
Para
hablar en el lenguaje del Trabajo, el hombre ya no vive más en el tercer
estado de conciencia, ya no se recuerda más a sí mismo, y así está fuera de
contacto con sus propios centros superiores y con sus influencias.
En el
Antiguo Testamento, se mencionan diferentes formas de enseñanza que en tiempos
antiguos se impartieron en "iglesias".
Por
ejemplo, muchas de esas largas tablas de referencias a personajes que han
engendrado a otros y que vivieron tantos centenares de años son registros de
diferentes "escuelas" o ramas de "iglesias".
Así,
hubo una escuela o iglesia llamada "Noé".
Otra
existía en Mesopotamia y se llámala en el momento de su desaparición Babel o
Babilonia.
La
Iglesia judía empezó mucho más tarde.
De
hecho, el Antiguo Testamento es un archivo secreto de la historia del
esoterismo.
Uno de
los problemas del esoterismo estriba en cómo elevar el nivel de ser de un hombre además de su nivel de conocimiento —es
decir, elevarlo en el sentido del bien,
porque la bondad pertenece al ser y el conocimiento a la mente.
El
hombre ya no puede ver el bien directamente o ser enseñado directamente desde
el bien.
Primero
su mente debe cambiar, de modo tal que le permita asimilar el conocimiento o la
verdad acerca de un nivel superior de ser.
Pero el
objeto del conocimiento es el de elevar el nivel de ser del hombre.
Maurice Nicoll
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